Al terminar la lectura de Marcos me queda claro que
Jesús fue el Líder de líderes,
Jesús enseñaba con autoridad y las personas se deleitaban en escucharlo.
El liderazgo que Jesús enseño fue un liderazgo que aceptaba a pecadores, como al recaudador de impuestos, con el objetivo de darles una nueva vida.
Fue un liderazgo que al ver a la multitud, tuvo compasión de ellos, porque los vio como ovejas sin pastor.
Fue un liderazgo que, no buscaba lo más fácil, sino al contrario, lo más complicado, servir a los demás. Si, lo más fácil era despedir a las más de 5000 personas que fueran a buscar comida, pero Jesús no busco lo más fácil, sino lo más desafiante, que fue darles de comer.
Si, lo más fácil era dejar las enramadas que Pedro le ofreció y quedarse en la transfiguración, pero Jesús sabía que tenía que volver para su misión cumplir, que era morir.
Jesús mostró un liderazgo donde era más importante el corazón y lo que había en él, que el montón de rituales.
Jesús modelo un liderazgo de negación personal.
Jesús estableció que el que quiere ser el primero debe de servir a los demás.
Jesús no estableció un liderazgo donde Él se sirviera a expensas de otros, donde Él fuera atendido como Rey, no olvidemos que Él era Rey, pero a pesar de eso Él sufrió como un delincuente.
Si, lo más fácil era pedir un ejército de ángeles y no morir, pero Jesús escogió lo más difícil, la muerte más humillante.
Imitemos ese liderazgo que está dispuesto a negarse, a morir, a servir, a tener compasión, a cuidar a nunca ser reconocido con tal que Dios sea glorificado.
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