lunes, 11 de febrero de 2013

Una dosis para no quejarse

La Real Academia Española define el verbo quejar de la siguiente manera : "Manifestar disconformidad con algo o alguien."

 Muy a menudo tendemos quejarnos por todo, a desanimarnos al encontrar un obstáculo, a excusarnos tratando de justificar nuestra renuncia a lo que Dios nos llamo. Pero quiero dejarle en esta publicación lo que el Apóstol vivió, y a pesar de eso siempre continuo con la pasión de predicar a Jesucristo


  1. He sido encarcelado más veces
  2. He recibido los azotes más severos 
  3. He estado en peligro de muerte repetidas veces 
  4. Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve azotes
  5. Tres veces me golpearon con varas
  6. Una vez me apedrearon
  7. Tres veces naufragué
  8. Pasé un día y una noche como náufrago en alta mar
  9. Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro
  10. En peligros de ríos
  11. Peligros de bandidos
  12. Peligros de parte de mis compatriotas
  13. Peligros a manos de los *gentiles
  14. Peligros en la ciudad
  15. peligros en el campo
  16. Peligros en el mar
  17. Peligros de parte de falsos hermanos
  18. He pasado muchos trabajos y fatigas
  19. Muchas veces me he quedado sin dormir
  20. He sufrido hambre y sed
  21. Muchas veces me he quedado en ayunas
  22. He sufrido frío y desnudez
  23. Y como si fuera poco, cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias.

Así que cuando se sienta ofendido, desanimado, frustrado, incomodado, piense en que el Apóstol Pablo estuvo en peores circunstancias, así que ¡no se queje y siga adelante!