Muy a menudo tendemos quejarnos por todo, a desanimarnos al encontrar un obstáculo, a excusarnos tratando de justificar nuestra renuncia a lo que Dios nos llamo. Pero quiero dejarle en esta publicación lo que el Apóstol vivió, y a pesar de eso siempre continuo con la pasión de predicar a Jesucristo
- He sido encarcelado más veces
- He recibido los azotes más severos
- He estado en peligro de muerte repetidas veces
- Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve azotes
- Tres veces me golpearon con varas
- Una vez me apedrearon
- Tres veces naufragué
- Pasé un día y una noche como náufrago en alta mar
- Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro
- En peligros de ríos
- Peligros de bandidos
- Peligros de parte de mis compatriotas
- Peligros a manos de los *gentiles
- Peligros en la ciudad
- peligros en el campo
- Peligros en el mar
- Peligros de parte de falsos hermanos
- He pasado muchos trabajos y fatigas
- Muchas veces me he quedado sin dormir
- He sufrido hambre y sed
- Muchas veces me he quedado en ayunas
- He sufrido frío y desnudez
- Y como si fuera poco, cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias.
Así que cuando se sienta ofendido, desanimado, frustrado, incomodado, piense en que el Apóstol Pablo estuvo en peores circunstancias, así que ¡no se queje y siga adelante!
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