Jesucristo siempre
estuvo en contra de la pasividad, lo demostró con frases como “hagan brillar su
luz”, “Perdonen”, “amen a su prójimo” y muchas otras. Y no solo con frases sino que con acciones, como cuando le pego la oreja a Malco que Pedro le voló con la espada, Malco era el soldado que estaba a punto de arrestarlo, teóricamente un enemigo.
Entrar en un estado de
pasividad y acomodamiento es sumamente fácil, por eso es importante que siempre
ataquemos la pasividad.
Atacamos la pasividad
- Cuando tratamos a los demás como queremos ser tratados
- Cuando leemos y memorizamos La Biblia.
- Cuando ponemos en práctica La Biblia
- Cuando tenemos momentos de oración
- Cuando no solo oramos por nosotros sino oramos por los demás
- Cuando nos congregamos semanalmente en La Fráter y en una célula
- Cuando confiamos en Dios
- Cuando amamos con hechos y no solo con palabras
- Cuando somos diligentes
- Cuando servimos a Dios
- Cuando no nos amoldamos a este mundo
Juntos ataquemos la pasividad todos los días
Comente de que otra manera se puede atacar la pasividad.
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